Las elecciones no le dieron el músculo para someter a los medios, ni a organismos autónomos, ahora va por una guerra intensa con recursos del Estado para señalar como fake news cualquier información que lo incomode.
No tengo duda que Andrés Manuel López Obrador es un improvisado, que no fragua un plan a conciencia, pero tiene un gran olfato político para imponer temas que le den el control de la agenda mediática nacional.
Así aparece la consulta del 1 de agosto para enjuiciar a los ex presidentes, sin el menor afán de llevarlos a un proceso judicial, y mucho menos meterlos a la cárcel. Pretende un constante juicio inquisitorial para demostrar el porqué no debemos votar por el pasado.
Además las circunstancias pusieron contra las cuerdas a sus dos punteros presidenciales, Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard, y se ve apurado en buscar un nuevo perfil. La carta de hoy en la mañanera fue Zoé Robledo Aburto, se deshizo en alabar al director del IMSS.
Los cinco ex presidente de la consulta están formados por los dos pilares más fuertes de la alianza, 3 del PRI y dos del PAN, que impidieron la mayoría calificada en el Congreso, aunque perdieron 11 gubernaturas.
Estos cinco ex presidentes son el pasado, y como Tomás de Torquemada, Inquisidor General de España, Castilla y Aragón, fundamente certeza moral con una mezcla de perversidad política para imputar transgresiones, fechorías y presuntos delitos, de los cuales no estaría exento ningún expresidente, a cinco íconos del pasado inmediato.
Por ejemplo, no se entiende la afiliación de Manuel Bartlett Díaz -del mismo ADN político de Salinas- al equipo de López Obrador, sin la perversión de fondo.
No importa los 505 millones de pesos de la consulta arrojados a la basura, tampoco importará el gasto similar en la revocación de mandato del 2022, se trata de mantener viva la llama que el 1 de julio del 2018 lo entronizó.
En la revancha social de mañaneras, cartulina y arengas, encuentra el plan B por los frustrados proyectos. Santa Lucía se erige como una versión pobre y vulgar del Nuevo Aeropuerto de Texcoco, la refinería de Dos Bocas es un capricho anacrónico que tuvo que rellenar con la adquisición de la refinería Deer Park.
El Tren Maya es una caricatura tipo ferrocarril del viejo oeste de Knott’s Berry Farm, que en cada kilómetro encuentra problemas ecológicos y constructivos que no le servirán en el calendario sucesorio.
El freno electoral del 6 de junio le negó la fuerza política y popular para asestar el golpe definitivo a medios de comunicación, a organismos constitucionalmente autónomos como el INE y el INAI. La CDMX como bastión electoral de Morena le dio la espalda y sintió la fuerza de las clases medias.
Ahora pretende crecer musculatura con una conferencia en Palacio a la semana para exhibir lo que le acomode como noticias falsas o Fake News. Quemará en la hoguera de la Cuarta Transformación cualquier información que lo incomode.
También ampliará la conferencia mañanera en otros horarios, y con otros actores, tal como hizo con la conferencia vespertina de Hugo López-Gatell, además de crear un proyecto mediático de propaganda mediática constante (video https://youtu.be/A6b42j67Cdc).
En la matraca de la presunta victoria de Morena están las 11 gubernaturas, pero varias de estas no se deben a la operación electoral sino el instinto de supervivencia de gobernadores de oposición.
Algunos de ellos son Quirino Ordaz Coppel de Sinaloa, Héctor Astudillo Flores de Guerrero, Carlos Mendoza Davis de Baja California Sur, Antonio Echavarría de Nayarit, que simulando lo contrario, abandonaron a los candidatos de sus partidos para pactar impunidad con Morena.
Esta traición no le funcionó a Javier Corral Jurado en Chihuahua, quien hizo todo para meter a la cárcel a la panista Maru Campos, ante el fracaso de imponer a Gustavo Madero. Una vez candidata electa albiazul, Corral apostó todo por Juan Carlos Loera de la Rosa de Morena y sus satélites. No pudo concretar su retiro impune.
El domingo 6 de junio por la noche el Presidente se topó con la realidad, las elecciones no le dieron el músculo para someter a los medios de comunicación, ni organismos autónomos, ahora va por una guerra intensa con recursos del Estado para mantener el poder después del 2024.