Pese a la inversión en infraestructura hidráulica, el volumen de agua que se factura a los usuarios en Rioverde es 50 por ciento menos de la que se extrae de los pozos, reveló el director del Organismo de Agua Potable SASAR, Gildardo Moreno Hernández.
Las fugas y las tomas clandestinas son temas que fueron parcialmente enfrentados por el organismo operador, el funcionario dio a conocer que en tres años cambiaron 38 kilómetros de líneas de conducción, pero faltan 58 y a ese ritmo la cantidad de agua perdida es exorbitante.
Explicó que los mantos acuíferos han resentido esta pérdida, debido a su abatimiento se gasta más en energía eléctrica y se extrae el agua de una mayor profundidad.
“A este ritmo es probable que los mantos acuíferos se lastimen aún más, antes que se rehabiliten y cambien toda la infraestructura que data de 1960”, agregó Moreno Hernández.
Finalmente, destacó trabajos como los de Matehuala, donde han logrado la sectorización del servicio, proceso que también sirve para detectar fugas graves de agua potable.
