• Alfonso Durazo intenta gobernar Sonora, ahí ejecutaron al candidato de Movimiento Ciudadano y masacraron a los LeBaron, mientras López Obrador rebasa las 80 mil muertes con un plan de paz desastroso que le dejó su ex titular de Seguridad Pública.

Por ironías del destino, el ‘cerebro’ que diseñó el combate al crimen organizado en la Cuarta Transformación es quien pretende ser gobernador del estado donde asesinaron a Abel Murrieta, candidato de Movimiento Ciudadano al municipio de Cajeme Sonora, para sumarse a los 32 candidatos caídos.

A casi tres años de la victoria de Andrés Manuel López Obrador y del arranque de los trabajos encabezados  por Alfonso Durazo Montaño para construir el proyecto de pacificación del país, el resultado es desastroso.

En el tema, tanto Durazo como la 4T, son todo un fracaso probado con las más de 80 mil muertes dolosas, la inclusión del Ejército de Luis Crescencio Sandoval, de la Marina de Rafael Ojeda Durán y la creación de la Guardia Nacional de Luis Rodríguez Bucio.

Nadie duda que en esta ‘transformación’ los grandes ganadores son las Fuerzas Armadas y su expansión en el poder civil, como señala en un análisis Stephanie Brewer, la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA) donde concluye: el peso de los los militares en México es ya tan grande, “que no hace falta un golpe de Estado”.

Los problemas se gestan y acumulan por la ignorancia no asumida del Ejecutivo, como lo haría cualquier mortal consciente de las limitaciones del conocimiento individual.

Por el contrario, Andrés Manuel aparece todas las mañaneras como una inagotable fuente de soluciones idílicas a todo tipo de problemas, hasta los más técnicos: energía, salud, seguridad, etcétera, y, por supuesto, adulado por una corte de lambiscones que no se atreven a contrariar sus fantasías, una de ellas: “los abrazos y no balazos acabarán con el problema del crimen organizado… estamos atacando el origen”.

Una víctima más de esta estrategia es Abel Murrieta, ex abogado de la familia Langfort – LeBaron en la masacre de Bavispe Sonora el 4 de noviembre del 2019, donde fueron ejecutados y calcinados niños y adultos, y ahora es estadística de este estado fallido que rebasó las 220 mil muertes oficiales por coronavirus (360 mil reales).

Es el mismo gobierno responsable de los 137 muertos en un ducto en Tlahuelilpan Hidalgo el 18 de enero del 2019, ante la inacción de militares, así como del colapso de una estructura del Metro en Tláhuac, con 26 muertos, construído por uno de los hombres clave del Presidente, Marcelo Ebrard Casaubón.

Los ‘abrazos’ hicieron que el 30 de octubre del 2019 Alfonso Durazo reconociera la derrota, al dejar libre al hijo de “El Chapo” Guzmán, Ovidio Guzmán López, una vergüenza histórica para la Secretaría de la Defensa Nacional. 

No obstante esas Fuerzas Armadas avanzan cada vez más en el control gubernamental del país. Este mismo mes, el 6 de mayo, el Presidente anunció que un día antes tomó la decisión de dejar todas las aduanas de la frontera, a cargo del Ejército, y todas las de los puertos, a cargo de la Marina.

El propósito es claro, la fuerza que cimenta a López Obrador no es su clientela electoral, o su feligresía más idólatra, es el juego de conveniencias con las Fuerzas Armadas, un gobierno alterno que podría hacer a un lado la civilidad en México.

El reporte del WOLA, sintetiza: “El peso de las fuerzas armadas mexicanas dentro y fuera del ámbito de la seguridad puede significar que no hace falta un golpe de Estado para que las instituciones militares ejerzan niveles de poder que, sin constituir un gobierno militar, tampoco hablan de una institucionalidad democrática saludable”.

Con la Cuarta Transformación se han convertido en ejecutores “de componentes importantes del proyecto de gobierno, incluyendo el control de puertos y el otorgamiento de proyectos de infraestructura”.

“La desmilitarización no sólo no ha llegado, sino que López Obrador ha apostado por profundizar diversos aspectos del modelo militarizado”.

Este mes se cumple un año del acuerdo por el cual se aprobó que las Fuerzas Armadas participen en tareas policiales, hasta 2024… el año de la reelección del Comandante Supremo.

Los espero este martes a las 3:30 en RadioFormula y Teleformula en el programa de Eduardo Ruiz-Healy

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