Hoy comienza el primer semáforo epidemiológico del 2021 para San Luis, en color naranja como sucedió con los últimos cuatro del año pasado pero con circunstancias aún peores, los potosinos le perdieron el respeto al Covid 19 y siguen abarrotando las calles como si nada pasara, mientras la autoridad no se ve por ningún lado en la regulación de mercados, tianguis, expos y toda clase de eventos que ha terminado por creer que “tomar medidas sanitarias” implica que pueden concentrar a miles.
Lo peor ya se ve en los hospitales atestados de enfermos, donde –platican algunos médicos- ya no los atienden con empeño como al inicio de la pandemia, no es para menos por el agotamiento del personal, que ahora también tiene la incertidumbre de para cuándo llegarán las vacunas y si en verdad tendrán el privilegio de ser los primeros en la fila.
Los efectos de las reuniones navideñas ya comenzaron a reflejarse con hospitales del IMSS, ISSSTE y el propio Insabi, sin camas disponibles para los contagiados más graves; otra crisis está en los laboratorios –privados y públicos- que curiosamente han aumentado el margen de error en los resultados y entregan diagnósticos erróneos, desatando más pánico.