Todo en la vida se construye con momentos que se amalgaman para abrir paso a las grandes historias. Desde el corazón de un medio de comunicación emblema de San Luis Potosí, agradecemos la oportunidad de ofrecer parte de esos capítulos con una primera entrega de Momentum, un espacio para el análisis del acontecer potosino.
En el contexto actual, se vuelve imperativo tener áreas de reflexión que abonen al pensamiento crítico y la inclusión ciudadana en el debate sobre la vida pública y democrática de San Luis Potosí. En Momentum abordaremos con pluma quirúrgica su evolución, con una narrativa profunda.
Momento de agitación política
La efervescente actualidad para México y San Luis Potosí no es tema sencillo. En 2018 los mexicanos clamaban un cambio y en ese tenor estaba casi anunciada la victoria de la izquierda con el tabasqueño, Andrés Manuel López Obrador, protagonista de batallas electorales desde junio de 1995, cuando perdió la gubernatura de su estado natal.
A 23 años de distancia y en un tercer intento, el político llegó a Los Pinos con el 53% de los votos respaldando la llamada Cuarta Transformación del partido Morena. Pero el triunfo no fue lo que muchos esperaban; siguen los cambios, las denuncias por corrupción y los agresivos discursos presidenciales hacia quienes ejercen la libertad de conciencia u opinión, se han normalizado.
Para cambiar el mapa político los votantes solo tienen dos caminos: respaldar o castigar en las urnas a la administración lopezobradorista.
En las votaciones más grandes de la historia se disputarán 21,368 cargos y 15 gubernaturas: Campeche, Colima, Guerrero, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tlaxcala y Zacatecas (gobernados actualmente por el PRI), Baja California Sur, Chihuahua, Querétaro (PAN), Nayarit (PAN, en alianza con PRD), Michoacán (PRD), Baja California (Morena) y Nuevo León (Gobierno Independiente).
También serán electos 500 legisladores federales, que impulsarían las reformas o leyes propuestas por la 4T.
Al frente se atisba a una oposición que todavía se relame las heridas, al tiempo de apegarse a la premisa de “el enemigo de mi enemigo, es mi amigo”, tejiendo lazos impensables en otros tiempos para enfrentarse en la madre de todas las batallas: los comicios de 2021 y sus previstos 96 millones de votantes.
El terreno potosino
La entidad ha sido bastión en momentos clave para la historia política de México y esto no cambiará el año entrante, con la renovación de su Gubernatura, Congreso y 58 Alcaldías.
En 2018, un millón 228 mil 146 potosinos -el 62.21% del padrón- participaron en la elección de diputados locales; actualmente atestiguamos un proceso atípico, por la figura de la coalición como estrategia para formar un frente común que debilite al partido en el poder.
Hasta ahora, solo ha podido sostenerse la coalición Sí por San Luis, del PRI, PAN, PRD y Conciencia Popular, cuyos líderes alcanzaron acuerdos políticos para inscribir el documento ante Ceepac el pasado 10 de noviembre.
Pero nada es certero, esta figura pende de un hilo y puede reventar en cualquier momento si comienzan los golpes bajos, las traiciones, incomodidades o simulación, y miren que esa, no sería una historia nueva.
Del intento de coalición de Morena con el PVEM, PT y PNA, quedó claro que hubo un intento de imposición desde la sede nacional de Morena que acabó mal para su ninguneado presidente, Mario Delgado Carrillo, el estrenado líder nacional pagó cara su cuestionada amistad con Ricardo Gallardo, actual diputado federal a quien pretendía cobijar rumbo a la Gubernatura de San Luis; sus militantes no perdonaron la osadía y en la misma noche de vencimiento del plazo para el registro, armaron tremenda gresca en el Ceepac acusando el oscuro pasado del “pollo”, que acabó con procedimientos legales por la violencia y hasta el robo de documentos.
En esta carrera maratónica por el poder, San Luis Potosí inscribe a más aspirantes que nunca en su historia: al menos 29 competidores.
Los morenistas sumaron 13 registrados para obtener la candidatura, todos se sienten con posibilidades y merecimientos, pero sólo cuatro pasarán a la segunda fase. Por el PAN vemos a tres militantes y un externo, midiendo fuerzas: Sonia Mendoza, Octavio Pedroza, Marco Gama y Xavier Nava Palacios, respectivamente.
Por otro frente, en el PRI -aún no registrados- se apuntan Luis Mahbub, Marianela Villanueva, Joel Ramírez, Mauricio Ramirez Konishi, Enrique Galindo Ceballos y Sara Rocha. Pero además hay seis ciudadanos que buscarán la candidatura independiente.
El abanico de opciones es extenso y el tiempo parece transcurrir lento en medio de una pandemia que podría complicar la jornada; esa es una historia en proceso y al concluir, solo uno de los protagonistas será elegido por los potosinos el 6 de junio del año entrante, de hecho, si el candidato más favorecido aventaja con 10% ese mismo día, podría casi afirmarse que será el sucesor del priista, Juan Manuel Carreras López.
Queda claro que la política potosina no puede desligarse de la que se ejerce todas las mañanas en la tribuna de Palacio Nacional, donde la presión diaria invita al electorado a no permitir el regreso de lo que el Presidente llama “el conservadurismo”.