El pasado 15 de Julio de 2021, a solicitud expresa de senadores, de ambos partidos en nuestro vecino al norte, la oficina de patentes y marcas en Estados Unidos de América, EUA, ha iniciado un estudio para atender 13 preocupaciones en materia jurídica sobre la elegibilidad de invenciones para su registro de patentes.
Dos motivos le dan sustento tanto a la solicitud de aquellos senadores y al estudio mismo (https://www.federalregister.gov/documents/2021/07/09/2021-14628/patent-eligibility-jurisprudence-study).
Uno de los motivos, el que atrajo la atención de esta columna, se reduce al interés de esa cámara legislativa en “cómo los criterios jurídicos actuales han impactado la inversión e innovación, particularmente en tecnologías cruciales como cómputo cuántico, inteligencia artificial, medicina individual precisa, métodos de diagnóstico y tratamientos farmacéuticos”.
El foco de la solicitud de aquellos está en el impacto que los criterios jurídicos sobre la elegibilidad de registro de patente tecnológica tienen sobre la economía de EUA con perspectiva holística.
El interés del estudio está descrito con 13 puntos, entre los cuales dos objetivos atraen fuertemente la atención ya que buscan:
- Identificar cómo el estado actual de los criterios jurídicos de elegibilidad de patentes impacta la fortaleza global de la propiedad intelectual de EUA, e
- Identificar cómo es que el estado actual de los criterios de elegibilidad de patente en EUA impacta la fortaleza global de la propiedad intelectual de ese país y su economía entera.
De la lectura del comunicado sobre este asunto surge una pregunta obvia, ¿una nación que es muy fuerte, de las que mas, se preocupa de cómo su norma jurídica impacta su fortaleza misma?
Sí, así es; de hecho, otro elemento del estudio es recabar información sobre la experiencia de inventores y propietarios que persiguen el registro de patente “incluyendo China, Corea y Europa difieren de su experiencia en EUA”.
Es decir, les interesa proteger un activo económico que reconocen en el registro de patente de tecnología y el impacto que éste tiene sobre su país como potencia mundial; para lo cual la pregunta de los senadores norteamericanos incluye temas científicos específicos, citados arriba, que son de vanguardia en Ciencia, Tecnología e Innovación, CTI.
La intención de la narrativa previa no es ni imitar a EUA ni seguir los pasos que ese país da en CTI; no obstante, sí es hacer notar que su poder legislativo y quienes le forman están enterados de temas en materia de CTI y solicitan realizar estudios, a la entidad pública correspondiente, para tomar decisiones en términos de criterios jurídicos a la elegibilidad de registro de patentes; es decir, su norma.
Al tener conocimiento, sin ser necesariamente expertos, aunque convenientemente, se traza desde el legislativo una ruta para fortalecer más a su propio país al considerar a la CTI como uno de los pilares de su economía.
Dicho así, la solicitud de aquellos senadores sí luce como un acto a observar y seguir.
Mucho trecho falta, como un primer paso se antoja que los legisladores mexicanos deben estar informados en temas de CTI; eso lo podrían hacer mediante acercamientos a sociedades científicas, con sangre renovada porque los mismos de siempre pedirán un museo del meteorito en su pueblo natal, un telescopio micrométrico o un acelerador de partículas subatómicas.
Si ahí estuviere el activo económico no estaría mal, pero esa clase de iniciativas no han sido vistas desde esa perspectiva en México.
Las comisiones de Ciencia y Tecnología en ambas cámaras del legislativo mexicano deberían tener más relevancia que su papel histórico; ello para proyectar el bienestar en México, el crecimiento económico y trazar rutas que favorezcan el empoderamiento de nuestro país.
La nueva conformación desde la cámara federal de diputados es una alternativa, cada trienio, para retomar el tema en CTI; empero oídos sordos han sido la constante desde San Lázaro, habrá que insistir.