SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 14 de febrero de 1979 (UPI).- Más de 10,000 personas perdieron la vida en la revolución de Irán, según cálculos conservadores, y se espera que las bajas aumenten al producirse numerosos choques en las calles entre grupos rivales revolucionarios.
El comando de la revolución islámica del Ayatollah Ruhollah Khomeini ha pedido a los que se apoderaron de 70,000 armas de todas clases de los arsenales militares en los tres últimos días de la revuelta, que las devuelvan.
Pero los elementos de extrema izquierda, de extrema derecha, los criminales comunes que escaparon de las cárceles y adolescentes se niegan a devolver gran número de ellas.
Los de Khomeini están preocupados también por las «ejecuciones sumarias» que han efectuado los grupos armados en el país, y ha pedido a todos que esperen «por el momento apropiado» para administrar la justicia.
Pero ahora que el enemigo principal, el Sha ha sido derrotado los grupos armados rivales se han vuelto los unos contra los otros.
Hoy ocurrió una pequeña batalla en las oficinas de nuevo primer ministro Mehdi Bazargan, y un gran tiroteo en el recinto universitario.
También hubo tiroteos entre grupos armados rivales en el hotel intercontinental, donde se alojan unos 200 periodistas que han venido para cubrir la revolución sobre el derecho a «proteger» los periodistas.
Los diplomáticos, periodistas y otros observadores calculan que el número de muertos en los 15 meses de insurrección causaron conservadoramente unos 10,000 muertos.
Se ha calculado que en los últimos dos días de la revolución unos 860 muertos y 3.500 heridos.
Un periódico de Teherán dijo que en los 40 hospitales de la ciudad hay 728 muertos y 2,900 heridos.
En las últimas horas de la resistencia del Gobierno en las provincias se sabe que por lo menos 130 muertos y 570 heridos en Tabriz, Shiraz, Shah-e-rey, Hamadan y otras ciudades.
La radio de Teherán pidió a los que tienen armas que las devuelvan.
Después del asesinato de presos en Teherán y el suburbio de Karaj, la radio dijo:
«Recordamos al pueblo que la revolución ha prohibido actos unilaterales. Pedimos al pueblo de Karaj y de todo Irán que dejen el enjuiciamiento y castigo de los culpables por el momento apropiado».
En las calles de Teherán se ven numerosos adolescentes portando y disparando armas que apenas pueden cargar.
Los de Khomeini se están cerciorando de que a los que se les entregan armas para la recién formada «Policía islámica» saben el manejo de las mismas y han cumplido con el servicio militar.
En la Universidad de Teherán uno de los estudiantes que están en las barricadas de sacos de arena que rodea la institución dijo que ni los izquierdistas de la organización Sedayezn-Khalaq, ni los derechistas del grupo Mujahidden han devuelto sus armas.