Con el dolor de su infortunio electoral menos punzante, hoy se espera el regreso de Juan Ramiro Robledo Ruiz a los pasillos del Tribunal Estatal de Justicia Administrativa, a cuya Presidencia solicitó licencia el 12 de noviembre pasado para adentrarse a la contienda de Morena a la Gubernatura, con los resultados que todos conocemos.
Morena borró de un plumazo a los 10 hombres que disputaban ser el abanderado, entre ellos Robledo Ruiz, aunque su discurso de resignación fue disciplinado e institucional, fue uno de los firmantes que exigió a la dirigencia nacional y a Mario Delgado revelar los resultados de la encuesta de medición a la que supuestamente serían sometidos los aspirantes mejor posicionados. Ahí estaba él, junto a Leonel Serrato.
La inconformidad no tuvo mucho eco, y Juan Ramiro vio pasar así, posiblemente su último chance de contender por el Poder Ejecutivo Estatal.
Ya el jueves pasado se apersonó por el TEJA, donde -por cierto- otras turbulencias lo esperan por la intentona de imponerse como Presidente hasta por diez años, vía la iniciativa de reforma presentada en el Congreso por Gustavo Puente y cuyo avance en comisiones ha presionado la diputada priista, Bety Benavente.
De resultar la estrategia, buscarían desplazar –con toda alevosía y aires de misoginia- a María Eugenia Reyna Mascorro en la Presidencia que apenas asumió hace unas semanas.