Casi termina el sexenio en el estado y ni para cuándo habrá titular en la Fiscalía Anticorrupción, que tras la salida de Jorge Vera Noyola se quedó sin pies ni cabeza para atender todas las demandas, que no son pocas, donde se involucran toda clase de triquiñuelas.
Muchas ya encarpetadas y archivadas.
Quien entra al quite es el Fiscal General del Estado, Federico Garza Herrera, pero no cambia nada porque se supone que el origen de esa Fiscalía es dar autonomía a otro espacio alejado de intereses o politiquería.
Por lo pronto el Congreso presiona que el Estado envíe una nueva terna para votar, y poder estar en condiciones de contar con un ente autónomo, lo complicado es que les alcance el tiempo.